EL MURAL COMO DIALÉCTICA URBANA  EL ARTE DE RAMI MEIRI:
UNA DOSiS DE ALEGRÍA Y DE LOCURA
Linea Directa con Israel y Medio Oriente, Febrero 2005 / Mónica Steinman Baehr
Los murales de Rami Meiri son parte de la cotidianeidad Israelí, nos acompañan como viejos amigos cuando vamos por Ia calle, a veces nos saludan con destellos de colores, se divierten con nosotros cuando los confundimos en un rápido flash visual como si fueran una realidad tangible, gente de carne y hueso que parece invitarnos a tomar un café o qua están por entrar a un pasillo. Porque los personajes que Rami pinta, y los marcos ambientales donde los ubica son como un espejo juguetón: nos reflejan pero con una dosis extra de color, de energía y de gracia

Los hay por todo el país, aunque quizás los más conocidos son los de Tel Aviv, porque fueron los primeros. No hay quien haya paseado alguna vez por las calles de Tel Aviv que no se haya sorprendido frente a uno de los murales, y reaccionado con una sonrisa…
Uno de sus más antiguos trabajos, en blanco y negro, es "El grito”, el rostro de un hombre gesticulando con una mamadera en la mano (sobre la calle Derech Hashalom, esquina Derech Petach Tikva, en Tel Aviv) y fue casualmente inspirado en Brasil "Viajé a Brasil a fotografiar el carnaval en 1987", y así nació el hombre del mural, un brasilero lo hizo reír así, como nos hace reír su mural.
"Para hacer los murales uso muchas veces las fotografías", dice, "pero también hago muchos bosquejos, depende de la situación. por ejemplo, hay situaciones que solamente pueden ser captadas en una milésima de segundo, entonces uso una cámara, o si se trata de un paisaje, para poder captar toda la información necesaria. Pero no soy solamente un pintor que revela fotos en la pared, yo tomo el tema y hago con él algo nuevo".
¿Cómo "nace" un mural suyo? Camina, recorre lugares y calles hasta que de pronto "lo ve", encuentra su rincón. Después se toma su tiempo para saber qué "quiere decir ahí", es decir, acompañar a la gente, sorprenderla, emocionarla, o trasladar ahí una situación de otro sitio, para modificar la presente. Una vez con la idea armada la mayor parte del tiempo se le va en planificación, "es casi el 90% del trabajo", sus trabajos se ven tridimensionales y los cálculos de perspectiva son perfectos. "La cabeza es más importante que las manos", dice Rami.
"Mis trabajos no son los que se ven a veces en un museo, que no se entienden; mi lenguaje es muy simple. está dirigido a la gente simple, para crear con ellas un diálogo. sin ningún filtro filosófico entre ellos y yo".

¿El trabajo artístico es general, no se apoya en una ideología? ¿No tiene un mensaje, un aserto. un cuestionamiento?

"Mi ideología es tomar en mis manos a mí ciudad Y hacerla más linda, causar buen estado de ánimo a la gente, y sí puedo, despertar una sonrisa …
Yo puedo tomar una realidad de un sitio y trasladarla a otro, por ejemplo tomar un cruce muy transitado y ruidoso. y por otra parte, tomo un par de personas muy tranquilas, que están de píe en otro lugar y las pongo allí. en una esquina. Entonces ellas aportarán al ambiente. Eso es lo que quiero hacer con la realidad. Confundir la realidad en la ficción.
Mi papá era un matemático y quería que yo estudiara lo mismo, pero mira. salí artista. Sin embargo. mira que hay una relación intima entre arte y matemáticas. Piensa en la música, es un ejemplo perfecto. Otro ejemplo, una de las propiedades
matemáticas es la simetría, y la composición de colores también requiere simetría, si uno tradujera todos los colores a números, encontraría simetría".
Para Rami, que se siente parte del pueblo y se dirige al pueblo, "la mejor critica es la del hombre de la calle, ver a alguien sonriendo frente a un mural mío. La critica que tiene más fuerza es la natural'.
Rami Meiri es su verdadero nombre, tiene 47 años. Fue pionero en su género en Israel y muchos después siguieron su camino. Hasta el día de hoy enseña su arte. "Empecé como estudiante de arte en el Instituto Avni, de Tel Aviv. Al principio pintaba sobre lienzos, hasta que se me ocurrió pintar el mural que está en la calle Gordon, en 1980 …. y lo hice porque dibujábamos muchos modelos, cuando lo que uno está buscando es algo real".
Por sobre todas las cosas, amante de la vida, para él la pintura puede ser también teatro, conozco gente en la calle, escucho observaciones, yo saco mi estudio a la calle y es una sensación mucho mejor a nivel social y también como artista… me vi mucho más alegre fuera del estudio, y no adentro y solo.
El mar tiene una influencia muy fuerte en Rami, y al igual que hoy -aunque con ciertos cambios- en ese entonces él solía ir a la playa, a dibujar todos esos personajes tan típicos. Y cuando se le acumularon muchos dibujos decidió pintarlos sobre la pared, en la costanera. "Elegí una pared muy sucia y con muchos graffittis y la convertí en un mural que me llevó un año de trabajo".
Y le gustó ver cómo disfrutaba la gente viendo ese mural. Cerca de un año después alguien se lo arruinó con spray, y hubo quien le dijo que le pasaría siempre lo mismo. Triste, al atardecer Rami se fue a la playa "con una botella de vino…" a rumiar su desazón. Pero de pronto empezaron a acercársele todos esos habitués que pintó, con quienes charló y comprendió que no sólo a él le habían arruinado algo, y alentado por la misma gente volvió a pintar el mismo mural, que ha continuado intacto hasta hoy, por 25 años.
Rami también pinta sobre lienzos, y tiene una colección de obras que reflejan el carnaval, que desbordan música v color. Sus murales adornan calles y centros comerciales en todo Israel, pero también en otros países, como Alemania ("hice uno en Varsovia, en una escuela de un centro comunitario. con una dedicatoria de los residentes de Ramat Gan, porque son ciudades hermanas"), la India y Estados Unidos en Port Lodardale -Miami-, la ciudad hermana de Haifa y en Florida. Hay murales que hice en el extranjero, para mostrar a la gente que en Israel tenemos algo más que guerras, tenemos cultura y cosas lindas.
"Justamente acabo de terminar un proyecto muy interesante en el Departamento de Pediatría del Hospital Tel Hashomer. Eso me emociona mucho, porque allá hay chicos enfermos y si les puedo llevar una gotita de alegría voy a sentir que hice algo bueno y poderoso. Fuimos un grupo de artistas diferentes y convertimos un terreno del Hospital en lo que llamamos Ha'gan ha'jushim ("EI jardín de las sensaciones").
Esa para mí es la función del arte, hacer el bien. Yo no me meto en política, ni en mensajes anti establishment. Suficientes problemas ya tenemos".

¿Qué diferencia hay entre un graffiti y tus murales?

"Graffiti es algo que tenemos en el corazón y que queremos manifestar, es una forma de expresión gráfica, que se hace rápida y anónimamente. A su vez, el mural es más antiguo, está influenciado en algo por el graffiti, porque tiene una dosis de rebeldía"'l, como su obra "El grito", la del hombre en blanco y negro- gesticulando con la mamadera".
¿Cómo es Rami "el hombre" y no "el artista"? Le gusta disfrutar de la vida, salir a navegar, ir a fiestas nocturnas, a carnavales, bailes, dice tener temperamento latino. Estuvo en "muchos países de América Latina, como Brasil y Trinidad, visitando siempre los carnavales siempre y donde hay, música del Caribe, brasilera, calipso, salsa".

¿Contás o contaste con apoyo de las autoridades municipales/nacionales?

"Hace mucho, después de ver lo que yo hacía, vinieron de la intendencia de Tel Aviv a pedirme que pintara murales en distintas esquinas que se veían muy afeadas, y hasta me dieron los materiales. Eso fue en 1980, cuando Chich Lahat era intendente y yo trabajaba como voluntario en la Sección de Frentes Urbanos. Yo era un pintor principiante, para mí fue una gran oportunidad.
Pero la administración de Tel Aviv era mucho más simple. Ahora hay muchas comisiones y burocracia. Yo ya no necesito que la municipalidad me dé los materiales y generalmente tengo auspiciantes que les interesa figurar en mis murales y los costean. Pero ahora, muchas veces fui a solicitar permiso para pintar y muchas veces no me lo dieron. Esta vez no sé qué pasa".